Su Amor al igual que el nombre que le damos al Él, debería llevar siempre mayúsculas, tan solo para dejar de manifiesto la diferencia evidente entre su Amor y el tipo de amor que nosotros tenemos por costumbre en dar y recibir. 

  Mucho se habla del vacío que tenemos los humanos, ese que en algunos momentos todos llegamos a sentir, pero nos hemos equivocado al nombrarlo, no es simplemente un «vacío» eso que sentimos de vez en cuando en el pecho, es una falta inequívoca de Dios. Esa falta de Dios solo puede llenarla el mismo. Pero cuanto tardamos en verlo…

   Su Amor es poderosamente envolvente, abrazador, abrumador, y es justo lo que nosotros necesitamos en todo momento para sentirnos completos. Nos cansamos de buscar en otros lugares ese amor idealizado y perfecto, que como humanos imperfectos no somos capaces de dar, y como consecuencia nos hundimos una y otra vez en tristes desengaños, del que culpamos a cualquiera, excepto a nosotros mismos. 

    Pero como padre bondadoso, Dios siempre nos espera al final de esos malos días, de esos malos acontecimientos, con los brazos abiertos, siempre con el mismo e imperturbable Amor, que jamás llegaremos a merecer, y a pesar de ello, está en el momento,  siempre a nuestra disposición. 

Silvia Contreras.